( Impreso en castellano en Mensajes de Sathya Sai, Tomo 01 cap. 6 )
Una actitud de reto
2 de Febrero de 1958
Escuela Secundaria de Hannan, Chittoor
Acabamos de escuchar el discurso de agradecimiento que los muchachos del sexto año dirigieron a los maestros de la escuela y los consejos que dieron a los alumnos de los años inferiores. Sus palabras fueron muy dulces, saturadas de gratitud para los profesores y plenas de aliento para los alumnos que continúan bajó el cuidado de esos profesores. También expresaron su pena por tener que dejar una buena escuela y bondadosos maestros y la agradable compañía de sus condiscípulos. Pero, aunque las palabras sonaban bonitas, dudo que los sentimientos fueran totalmente sinceros, ya que después de todo, sabían que tendrían que dejar la escuela para hacer estudios avanzados. Durante todos estos años estuvieron al tanto de que este día iba a llegar. Está claro que es gustoso ver a estos muchachos expresar gratitud por los beneficios que han recibido. Prometieron también servir a su país al máximo de su capacidad, pues son sus guardianes en los días por venir. Yo me siento especialmente feliz en compañía de los estudiantes, pues son como los botones en el jardín; son los jóvenes héroes que tienen que asumir la difícil tarea de la reconstrucción nacional e internacional.
La situación mundial actual es como un tifón, que causa intranquilidad y confusión. Nadie tiene paz mental; el temor y la ansiedad rondan por todas partes; el pánico reina a la vez que se aclama la conquista del espacio y la creación de nuevos satélites artificiales. Aun en este país, existe una época de crisis y, sin pérdida de tiempo, deben corregirse las cosas para que los hombres puedan disfrutar de la paz por sobre todas las cosas, ya que sin paz la vida es una pesadilla.
A la vez que estudian otras cosas, deberían ustedes aprender también el secreto de la paz. Esta oportunidad no debe desperdiciarse pues es la sabiduría la que los salvará. El sistema de educación actual aspira a hacer de ustedes sostenes de la familia y de la sociedad, pero no les da el secreto de una vida feliz, o sea, el discernimiento para distinguir entre lo irreal y lo real, que es el verdadero adiestramiento que necesitan. Claro está que no es culpa de ustedes sino de aquellos que dirigen estos asuntos. Tendrán que hacerlo más bien temprano que tarde. El cultivo del poder de discernimiento o viveka es la principal meta de la educación; la promoción de costumbres virtuosas, el fortalecimiento del dharma, de la rectitud; éstas son las cosas que deben adquirirse, no la urbanidad o caballerosidad, ni un cúmulo de datos generales ni la práctica de habilidades ordinarias.
Primero, tengan plena conciencia de que su ser es el inmortal atma, de que es indestructible, santo, puro y divino. Esto les proporcionará valor y fortaleza inconmovibles. Luego, deben fomentar amor y respeto mutuos. Toleren a toda clase de personas y de opiniones; todas las actitudes y peculiaridades. La escuela, el hogar y la sociedad son campos de adiestramiento para la tolerancia. En la escuela, los maestros y los alumnos deben estar conscientes de sus deberes y derechos. La relación debe tener como base el amor, no el temor. Sólo la atmósfera del amor puede garantizar una feliz cooperación y concordia. Por encima de todo, sean buenos, honestos y corteses. Esto hará los títulos universitarios más deseables y valiosos.
No le den excesiva importancia al hecho de aprobar en los exámenes, pues si lo hacen, es posible que se sientan terriblemente deprimidos cuando fallen. Hemos oído hablar de jóvenes que se suicidan cuando se les anuncian los resultados de los exámenes. ¡Amados hijos, no cometan tal disparate! Acepten el fracaso, si viene, como un incentivo para un mayor esfuerzo; analicen por qué han fallado y aprovechen la experiencia. Si se destrozan con acciones tan tontas, esto me dará mucho dolor, recuérdenlo.
Aprendan, mientras son estudiantes, cómo tener éxito en el torbellino de la vida, cómo vivir sin causar dolor a otros ni sufrir dolor ustedes mismos. No malgasten tiempo tomando parte en elecciones y querellas sobre las facciones y fantasías de los mayores; les están dando muy malos ejemplos y deben evitar el imitar su bajo comportamiento. La política es una variedad de insectos que contaminan a algunos individuos y corroen sus vidas. No se dejen infectar por ellos. Manténganse limpios y contentos. Son demasiado jóvenes para comprender las complicaciones y confusiones de la política y sólo pueden ser los instrumentos de otros que desean usarlos para sus propios fines. Sean audaces; rehúsen ser los chivos expiatorios de tales hombres. Díganles que tienen otra tarea mejor que cumplir.
Progresen sólo hasta donde sus propias aptitudes y experiencias pueden llevarlos. Examinen cada cosa y crean solamente en lo que les parece correcto a ustedes. No digan de un modo simple: Sai Baba habló bien, o Sai Baba escribe bien; respeten a Sai Baba en cuanto Él actúe tan bien como habla o escribe.
La devoción y la actividad deben ir juntas. El señor B. Gopala Reddi vino a inaugurar el hospital en Puttaparthi y dijo: «Si el gobierno solo hubiera planificado este hospital, ni el sótano hubiera sido construido». Así también, esta escuela ha sido elevada hasta la fama y altura que tiene hoy debido al cuidado y amor de los fundadores y patrocinadores. Todos deben cooperar cuidando tales instituciones; la diferencia de opinión debe ser como los dos ojos que dan cada uno imágenes diferentes del mismo objeto, las cuales, una vez coordinadas, ofrecen una imagen completa. Los donantes de esta escuela han hecho una cosa muy buena; la han edificado con un espíritu de adoración y humildad. Agradézcanles su sacrificio y hagan el mejor uso de la oportunidad que les han proporcionado.
En sus palabras de inauguración, el juez de distrito dijo que Bharatha, la India, ha sido bendecida con muchos santos y sabios y con muchas manifestaciones de la divinidad en forma humana. Puede surgir una duda acerca del porqué esas apariciones tienen lugar en la India más que en cualquier otro lugar, cuando el mundo es tan grande y hay tanta humanidad en todas partes por salvar y guiar. ¡Hay una razón para ello, créanme! Bien, ¿por qué en toda la India debe Kolar ser el único lugar en el cual hay oro? Donde hay una mina de oro hay necesidad de ingenieros mineros y químicos para extraerlo, separarlo, purificarlo y distribuirlo a los distintos sitios en los cuales existe demanda del metal, ¿no es así? De igual manera, es aquí en la India donde hay una mina de sabiduría y tesoros espirituales: los Darsanas, los Upanishads, el Gita y los Vedas. Este tesoro debe distribuirse, puro y sin mácula, con su valor y su calidad garantizados, a los ávidos aspirantes de todas partes, y por esto tenemos aquí una sucesión de sabios y santos. Debido a las enseñanzas y las vidas de estas personas, hay un vasto campo de virtud espiritual en este país que necesita sólo un poco de cuidado para producir una rica cosecha.
La gente sufre porque tiene toda clase de deseos irracionales y se consume tratando de satisfacerlos y fracasa. Pone demasiado valor en el mundo objetivo. Es sólo cuando aumenta el apego cuando se sufre dolor y aflicción. Si ustedes miran a la naturaleza y a todos los objetos creados con la percepción derivada de la visión interna, entonces el apego desaparecerá, aunque el afán subsista; también verán todo mucho más claro y con una gloria bañada de divinidad y esplendor. Cierren estos ojos y abran los ojos internos: ¡qué grandioso cuadro de la Unidad Esencial tendrán! El apego a la naturaleza tiene límites, pero el apego al Señor que ustedes desarrollan cuando el ojo interno se ha abierto es ilimitado. Disfruten de esa realidad, esta imagen no es falsa. El Señor es el poder inmanente en cada cosa; aquellos que se rehúsan a creer que la imagen reflejada en el espejo es la imagen de sí mismos ¿cómo podrán creer en el Señor, que está reflejado en cada cosa a su alrededor? La luna se refleja en una vasija, siempre que tenga agua; así también, el Señor puede ser visto con claridad en sus corazones, siempre que tengan el agua del prema o amor en él. Si el Señor no está reflejado en su corazón, no pueden decir que no hay ningún Señor; sólo significa que no hay prema en ustedes.
Los estudiantes y hasta los mayores en este país han abandonado el estudio del sánscrito, descartándolo como un lenguaje difícil e inútil. Han descuidado los antiguos textos, guardándolos y sacándolos solamente los días de festivales para adorarlos. Pero los aspirantes occidentales que conocen su valor los han llevado a sus países y los han traducido a sus propios idiomas y han estudiado su esencia con devoción. El leerlos no es suficiente. Pueden haber dominado todos los comentarios y pueden ser capaces de debatir y discutir con grandes sabios acerca de estos textos; pero si no intentan practicar lo que enseñan, pierden el tiempo. Nunca apruebo el conocimiento estudiado en los libros; la práctica es lo que valoro. Cuando ustedes salen de la sala de examen, saben si pasarán o no, ¿no es verdad?, pues ustedes mismos pueden juzgar si han respondido bien o no. Así en el sadhana o en la conducta o en la práctica, cada uno de ustedes puede juzgar y descubrir el éxito o el fracaso que les espera. El sadhana es lo esencial hasta para ustedes, pues no hay edad demasiado temprana. Lo mismo que cuidan del cuerpo con alimento y bebida a intervalos regulares, también deben cuidar de las necesidades del cuerpo átmico interno por medio de japa y dhyana y el cultivo de las virtudes. El satsanga o compañía de los virtuosos, satpravarthana, el buen comportamiento y el satchinthana, o los buenos pensamientos, todos son esenciales para el desarrollo y la salud de la personalidad interna. El cuerpo es la casa (bhavana) del Señor del universo (Bhuvaneswara), Su residencia (Bhuvanam). En la misma medida en que insisten en tomar café o té a intervalos regulares, también insistan en el dhyana y japa en momentos fijos para la salud y la vida del espíritu.
Los estudiantes deben adoptar una actitud de reto hacia las cosas, deben honrar el trabajo físico. Deben estar ansiosos de servir a los que lo necesitan debido a sus incapacidades. Honren también a sus mayores y no pierdan una oportunidad de servirlos, honrarlos y complacerlos. Lo que les produzca una alegría sana, acójanlo, pero no se rebajen gratificándose en diversiones vulgares. No caminen sin rumbo por las calles ni frecuenten las salas de cine ni se mezclen con compañías indeseables, ni cultiven malos hábitos. Este país ha de elevarse hasta grandes alturas a través de ustedes, no a través de sus actuales líderes, recuérdenlo. Noten también que mientras en otros países la gente coopera de buena gana con alguien que es valeroso, inteligente y bueno, aquí el rasgo nacional es de ser celoso el uno del otro, de rebajar a los que se elevan, y de rehusarse a cooperar y ayudar. Ustedes, muchachos, deben decirse a sí mismos: «Estos mayores hacen estas cosas aunque saben que son erróneas. ¡Qué lástima! Pero vamos a crecer de otro modo. No vamos a contradecir nuestras palabras con nuestras acciones. Vamos a actuar juntos en armonía y amor». Si fomentan tales virtudes, la nación prosperará; si no, se arruinará. Tengan presente siempre esta advertencia.
Los bendigo a todos: padres, maestros y estudiantes. Esta escuela, que fue establecida por la generosidad del pueblo, sin duda se elevará hasta un nivel más alto y brillará como una gran institución. No tengo duda alguna de ello.
Escuela Secundaria de Hannan, Chittoor, 02-02-1958.