La peor acción que pueden realizar es hacer lo contrario de lo que predican: negar con la mano lo que dicen con su boca. Si no pueden estar a la altura de lo que dicen, quédense callados; no vayan por ahí aconsejando porque si no, por el contrario, lo que realmente estarán haciendo es auto-promocionar que son hipócritas. No prediquen el Dharma (virtud) mientras lo niegan con sus acciones. El Dharma es permanente, inmutable; nunca puede declinar. Lo que sucede es que, en aquellos que practican el Dharma, declina su fe y constancia. Cada individuo es juzgado por la práctica, no por los preceptos que expresa. La semilla crece lentamente y se convierte en un inmenso y frondoso árbol; así también, mediante pequeños actos, palabras suaves y acciones bondadosas, ¡el hombre se eleva a sí mismo hasta convertirse en un Ser Divino! Discurso Divino del 31 de marzo de 1965.