Fe: ¡ese es el verdadero aliento de la victoria! Fe en uno mismo; fe en el buen trabajo que uno ha emprendido y fe en su éxito a pesar de las señales de fracaso. Sean buenos, sean útiles, sean amables, sean temerosos de Dios; ¡entonces ganarán la confianza de todos! El apego y el odio son los grandes enemigos del progreso en cualquier esquema de trabajo. Si alguien está engañado en creer que está salvando a los demás, entonces ¡pobre de él!, pues no hay ningún otro. Todos son Uno, el dolor del uno es el dolor de todos. La falla fundamental es la ignorancia del hombre. Si fueran sabios, sabrían que todos los individuos son olas en la superficie del mismo océano. La acción desinteresada es el ideal al que deben aspirar. El deseo por ganar es como los colmillos venenosos: ¡cuando los sacan, la serpiente del karma se vuelve inofensiva y sus acciones se vuelven ofrendas dignas (Nishkama Karma)!. Discurso Divino del 15 de septiembre de 1963.