Realicen pujas (rituales de adoración) con flores, japam (repetición del nombre divino) con rosarios, y demás; pero solo hasta que estén preparados para esfuerzos más elevados.
Deben ofrecer al Señor, no las flores que crecen en las plantas ya que eso recompensará a la plantas, ¡no a ustedes! El Señor quiere que ofrezcan el loto que florece en el lago de su corazón y el fruto que madura en el árbol de su existencia terrenal. Es posible que se pregunten: «¿Dónde puedo encontrar al Señor?» Pues bien, Él ha dado su dirección en el capítulo 18, Sloka 61 del Gita. Él declara: “Ishwarassarvabhoothaanaam hriddese, Arjuna, tistati “- «Arjuna, el Señor reside en el corazón de todos los seres”.
Ahora, después de saber eso, ¿cómo pueden despreciar a cualquier ser vivo, o cómo pueden deleitarse en odiarlo o complacerse en el pasatiempo de ridiculizarlo? Recuerden: cada individuo es cargado con la Presencia Divina e impulsado por atributos Divinos. Amor, honor y amabilidad es lo que cada uno merece de ustedes. ¡Denlos libremente y por completo! Discurso Divino del 16 de abril de 1964.