Pídanle al Señor que elimine sus problemas terrenales; no hay error en eso. Es mucho mejor que pedírselo a otros hombres o mujeres, y perder el respeto propio y el honor. Para obtener votos, las personas se agarran de los pies de cualquiera; pero si caen a los pies del Señor, eso les traerá más votos porque la gente le rogará al Señor, ser conducida por un servidor Suyo. Pueden llamarme por teléfono, pero no estaré disponible para todos aquellos que no tienen el sincero y firme anhelo por el Señor. A aquellos que dicen: «¡No! Tú no eres mi Señor», yo digo: «No». A aquellos que dicen: «Sí», yo hago eco y también respondo: «Sí». Si estoy disponible en sus corazones, estaré disponible por teléfono. Pero, recuerden, tengo mis propios y especiales sistemas postales y telefónicos. Operan directamente de corazón a corazón. Existen reglas y regulaciones declaradas en las escrituras para el funcionamiento correcto de esos sistemas. Ustedes pueden encontrarlas allí.
Discurso del 29 de julio de 1964.