Un individuo tiene muchas experiencias en el estado de vigilia y otras experiencias distintas en el estado de sueño. En el último estado, uno crea todo lo que experimenta: los sentimientos, el placer y el dolor, la alegría y la tristeza. En el estado de sueño profundo, uno es ajeno a todo lo mundano o imaginario y se vuelve uno con la Conciencia Primordial. Así, en tres circunstancias diferentes, la misma persona tiene tres tipos de experiencias diferentes. Las experiencias pueden variar, pero el Ser Trascendental interior es eterno y no está sujeto a ningún cambio. Una guirnalda dibujada en un pedazo de papel nunca se moverá, no se bamboleará ni se sacudirá del papel. El papel en sí puede ser sacudido violentamente por ráfagas de viento pero la guirnalda siempre permanecerá firme en el papel y no sufrirá ningún movimiento relativo. Del mismo modo, aunque las circunstancias externas y los pensamientos de un individuo pueden sufrir cambios, la Divinidad impresa en su interior siempre permanecerá firme y constante, y nunca sufrirá ningún cambio. Por lo tanto, todos los aspirantes deben cultivar una visión clara y una mente constante. (Discurso del 18 de mayo de 2000)