¡Encarnaciones del Amor! En este universo infinito, entre las miríadas de seres vivientes, la humanidad ocupa un lugar eminente. Entre los seres humanos, es un privilegio nacer como mujer. Hay muchos ejemplos que demuestran la preeminencia de las mujeres. ¿No nació Rama como una encarnación Divina del vientre de Kausalya? ¿No se volvieron grandes Lava y Kusha (los gemelos) por haber nacido de Sita? ¿No fue el cuidado amoroso de Jijabai lo que hizo grande a Shivaji? ¿No fue la piedad de Putlibai la que convirtió a Gandhi en un Mahatma? Todos los grandes sabios, santos, héroes y guerreros, nacieron de mujeres que “los hicieron grandes”. La mujer es la Diosa de la Naturaleza. Es obvio que el nacimiento femenino es estimable, adorable y sublime. Los Vedas también adoran el principio femenino de diversos modos. – Sathya Sai . Discurso del 19 de noviembre de 1995.