El encanto interior es la genuina belleza. Cuando Sita estaba cautiva en el Ashoka Vana en Lanka, repentinamente se encontró con un mono; pero, ¡esa fea criatura le pareció llena de belleza cuando le trajo el mensaje, largamente esperado, de Rama! La belleza del Vana (jardín), el atractivo paisaje, los hermosos y brillantes objetos que Ravana desplegó ante ella, no pudieron ganar su corazón; pero la sola palabra «Rama», la hizo querer al extraño mono agazapado en la copa del árbol bajo el cual ella estaba rodeada de ogresas. La belleza de la Naturaleza no es más que un reflejo de la belleza que es Dios. Pero, al igual que todas las imágenes, no es sustancial. Las flores se marchitan, las nubes se dispersan en nuevas formas, el encanto físico no es más que un destello que desaparece en un momento, pero la Belleza Divina es eterna, plena y libre. Ese Sundaram (belleza), es Satyam (Verdad), inafectada por el paso del tiempo y el cambio de lugar; ese Sundaram es el verdadero Shivam, la única Bondad que existe. -Sathya Sai. Discurso 25 de octubre de 1972.