Todos los corazones son de Su propiedad, todo son Sus dominios. Pero, así como el aristócrata solo se sienta en un lugar limpio, aunque toda la zona le pertenezca, el Señor solo se instala si el corazón está limpio. El Señor ha dicho: «Narada, Yo me instalo allí donde mis devotos canten acerca de Mí». Debo decirles que ustedes son más afortunados que los hombres de generaciones previas. El mérito acumulado en muchos nacimientos debe haberles proporcionado esta buena fortuna. Me tienen a Mí, y ahora es su deber desarrollar esta relación que han obtenido por pura suerte. Las bananas y los mangos se envuelven en paja o pasto seco mientras están verdes, pero se los deja en un cuarto cerrado para que el calor los vuelva maduros y sabrosos. De la misma manera, la meditación en Dios les da a ustedes la temperatura adecuada para que maduren y se hagan dulces y sabrosos. Sathya Sai (Discurso, 27 de setiembre de 1960)
