La mujer ha sido alabada en las antiguas Escrituras y en la poesía clásica, como Grihalakshmi, la diosa de la prosperidad en el hogar. Al mismo tiempo que ustedes aprenden la ciencia del hogar, pueden estar aprendiendo el arte de hacer que el hogar sea feliz y lleno de armonía y salud. También tienen que aprender cómo evitar el odio, la maldad, la codicia, la ira, la ansiedad, el orgullo y otros obstáculos que se interponen en el camino de la paz interior. No es suficiente con mantener equilibrado el presupuesto de la casa; la esposa (y la madre) debe aprender el arte de tener una visión equilibrada de la vida, inafectada por triunfos ni problemas, por ganancias ni pérdidas, victorias ni derrotas. Este equilibrio solo puede obtenerse mediante la confianza en Dios y la fe en el Dios interior. Hay una disciplina que deben atender, y es el control de los sentidos; si les dan rienda suelta, se verán arrastradas al desastre. El ojo, el oído y la lengua son como caballos salvajes, sin un freno entre los dientes; aprendan el arte de la meditación, mediante el cual los sentidos pueden ser controlados y la voluntad dirigida hacia dentro, hacia el dominio de los sentimientos y las emociones. Sathya Sai (Discurso, 26 de julio de 1969)