El hombre es fundamentalmente Divino y así, naturalmente, cuanto más manifieste los atributos divinos de Amor, Justicia, Verdad y Paz, más ananda (bienaventuranza) podrá disfrutar y conferir. Cuanto menos los manifieste, más avergonzado debería sentirse de estar viviendo contrariamente a su herencia. El árbol de la vida debe ser regado en las raíces, pero ahora, aquellos que planean elevar el nivel de vida, riegan las ramas, las hojas y las flores. Las raíces son las virtudes; hay que nutrirlas para que las flores de las acciones, palabras y pensamientos florezcan con fragancia y den el fruto del seva (servicio) lleno del dulce jugo de ananda. Planear la obtención de alimento, ropa y alojamiento es promover solo el bienestar de la carreta; también deben considerar al caballo, la mente del hombre que tiene que utilizar el alimento, la ropa, el alojamiento y otros instrumentos materiales con el propósito elevado de “escapar del ego hacia lo universal”. Sathya Sai – Discurso del 3 de Agosto de 1966.