A través del corazón y los vasos sanguíneos late la corriente vital del hombre. Algún día, este latido llegará a su fin. Ciertamente, el nacimiento es seguido de la muerte, y la muerte es seguida nuevamente por el nacimiento, y así sucesivamente. Debemos esforzarnos por comprender el secreto de esta vida. De la misma manera que un hombre nada y avanza por el agua, debemos olvidar las experiencias que tuvimos en el pasado, y nadar hacia delante. El nadador solo puede avanzar si empuja hacia atrás el agua que tiene por delante. Si no empuja hacia atrás el agua que tiene por delante, se queda donde está. Como en esta analogía, el hombre solo puede avanzar si se esfuerza por empujar hacia atrás la experiencia de vida que ha atravesado. Si seguimos este camino, encontramos que en la vida del hombre no hay cabida para la ira ni para los celos, y que su vida avanza agradablemente. Sathya Sai («Lluvias de verano en Brindavan», 1977, Capítulo 17)