No hay necesidad de que corran por todas partes en busca de Dios, porque ustedes mismos son Dios. Dios reside en sus corazones. Todo esto es Dios. Todos los seres son Dios. Él es la fuerza motivadora que lo permea todo. Tengan fe firme en este hecho. Como el fuego en el fósforo, la Divinidad está latente en el hombre. El fuego en el fósforo se hace manifiesto cuando es frotado contra el costado de la caja. Así también, cuando el Jivi (el individuo) contacta al Deva (Dios), la llama de Jnana esparce la Luz de la Sabiduría. ¿Cómo puede uno saborear la experiencia de la Sabiduría? ¿En qué forma emana? La persona sabia no odia a nadie: no desprecia, no insulta ni lastima a nadie. ¿Qué es lo que los incita a amar a otra persona? El ansia de amar y ser amado es inherente a todos. Por eso, cuando ustedes niegan el amor o cuando odian, están lastimando no solo a la otra persona, sino al Principio Universal, a la Naturaleza Divina misma. Sathya (Discurso, 23 de noviembre de 1984)