Cada objeto en la Naturaleza realiza su función específica. El sol y la luna están cumpliendo con su deber sin cesar. Dios también está llevando a cabo Sus deberes sin pausa ni descanso. Los ríos, al fluir hacia el océano, transmiten la lección de que no deben abandonar sus esfuerzos hasta alcanzar su destino. El hombre debe dedicarse a acciones virtuosas en un espíritu de ecuanimidad. La vida es una mezcla de lo bueno y lo malo, de altibajos. Ignoren lo malo y disfruten lo bueno. Si compran una canasta de mangos, puede que haya algunos frutos demasiado maduros y podridos en ella. Ustedes los ignoran y consumen los buenos. Del mismo modo, en la vida deben olvidar las malas experiencias y sacar provecho de las buenas. En cambio, el hombre se queda rumiando las malas experiencias y arruina incluso las buenas que se le presentan. Esta es una señal de debilidad en el hombre. La vida humana es una sucesión de experiencias buenas y malas, de alegría y de pesar. Estas experiencias dependen de las condiciones cambiantes de tiempo y lugar. -Sathya Sai. Discurso del 17 de marzo de 1991.