Los Puranas y las epopeyas enseñan el camino de la devoción y la entrega. Solicitan que el hombre haga toda acción con un espíritu de dedicación. Si permiten que el viento de la duda o el sol de la desesperación afecten la vasija que han llenado de Ananda (dicha), esta se evaporará rápidamente. Pero si mantienen la vasija en las frescas aguas de la buena compañía y las buenas acciones, aquella puede conservarse para siempre sin disminución. Ananda también crece cuando ustedes se concentran en ella en silencio y recapitulan las circunstancias que la produjeron. Por eso manana (la recapitulación) se considera una parte tan importante del esfuerzo espiritual. Así como los niños arrojan sus juguetes y comienzan a llorar, también ustedes, dándose cuenta cuenta de la insignificancia de los juguetes que son la fama y la fortuna, deben llamar a la Madre. Un niño siente que todo lo demás son desechos, en comparación con el amor de la Madre y la bendición de su presencia. No debemos aspirar a nada menos que esto. Sathya Sai (Discurso, 2 de julio de 1966)