Hoy en día, debido a la influencia de la Era de Kali, se han desarrollado dos tipos de enfermedades. Una es la sed insaciable de riquezas. En todas las ciudades, hay una loca carrera por hacer dinero. Todos están atrapados en esta locura. No hay duda de que el dinero es necesario, pero solo hasta el límite de satisfacer las propias necesidades. Debido al deseo excesivo, la gente pierde todo sentido de proporción. Los hombres se convierten en demonios en esa búsqueda de riquezas. Cabe preguntarse si al menos ellos hacen un buen uso de su inmensa riqueza. No, en última instancia, el dinero puede caer en manos de ladrones u otros. Lo que obtienen de la sociedad, devuélvanlo a la sociedad. Ese es el valor primordial que cada uno ha de cultivar. La segunda enfermedad es la sed de poder. Aquejado por estas dos enfermedades, el hombre está convirtiendo al mundo entero en un manicomio. El deseo de riqueza y poder no es malo en sí mismo. Pero la riqueza y el poder deben utilizarse para los fines correctos. Cualquiera que sea la posición que ocupen, asegúrense de que se utilice dignamente. Sathya Sai. Discurso del 7 de abril de 1997.