¿No pueden los cuerpos de la gente y sus condiciones, los altibajos que se enfrentan en la vida, ser el resultado de la acumulación de impactos y tendencias que se heredan? Hay dos cosas que se extienden paralelas ante nosotros cuando consideramos este tema: lo mental y lo material. Si en el materialismo se pudieran encontrar soluciones satisfactorias para los problemas relativos a la naturaleza humana y sus especiales características, ¡no podría haber una base para creer que haya un factor llamado Atma o Divinidad! Pero resulta imposible demostrar que la capacidad de pensar, por ejemplo, haya evolucionado a partir de la materia física. Cuando un tipo de labor se repite una y otra vez, se transforma en un hábito, en una destreza, ¿no es cierto? De modo que las destrezas o hábitos que exhibe un recién nacido deben tener su origen en una constante repetición a la que se le dedicó mucho tiempo. Por supuesto, esta práctica debe de haberse realizado en una o en varias vidas previas. Luego, es necesario postular la validez de la creencias en vidas pasadas y futuras para todos los seres vivientes. Las condiciones bajo las cuales estaremos en el futuro son determinadas por lo que estamos haciendo ahora. Entre una vida y otra, entre una muerte y la siguiente, el individuo progresa o decae, se expande o se contrae. Sathya Sai. (Sathya Sai Vahini, C3).