Desechen el vicio del egoísmo, el mal de la codicia y el veneno de la envidia. Cuando busquen alegría en algo fuera de ustedes, recuerden que una alegría mucho más grande yace a la espera dentro de su propia conciencia interior. Cuando tengan miedo de alguien o de algo fuera de ustedes, recuerden que el temor nace, se alimenta y crece en su propia mente, y que lo pueden vencer negándolo. ¿Cómo puede el temor ser un obstáculo en el camino de un aspirante espiritual? No se puede ocultar en las sombras, no puede molestar a ningún aspirante espiritual que tenga a Dios en su corazón. La fe en Dios todopoderoso es la armadura inexpugnable que el aspirante espiritual se puede poner, y las personas de todas las tierras son aspirantes espirituales, lo sepan o no. Manténganse firmes, no vacilen, persistan y aférrense al ideal sin desesperar. Oren hasta que Dios ceda; no se aparten llenos de tristeza si Dios no los colma de gracia cuando la esperan.- Sathya Sai. Discurso 1 de octubre de 1976.
