Las sombras son muchas y variadas, sin embargo la luz es Una. Cuando el Uno se refleja en los muchos, en la multitud de Jeevis, aparece como el Sí mismo en cada uno, el cual observa sin ser afectado, como el Testigo. El Atma o Sí mismo Divino es eterno. El sí mismo es la Verdad. Sin embargo, al estar envuelto en carne, huesos y piel, el hombre se engaña al creer que el envoltorio exterior y no el núcleo interior es la fuente de la felicidad. La tarea más importante del hombre para sí mismo es, en consecuencia, penetrar a través de estas envolturas y beber la felicidad suprema, que solamente su corazón átmico puede otorgarle. Todos deben, por su mayor bien, esforzarse para alcanzar dicho principio de unidad que es su tesoro interior. De todos los Sadhanas o ejercicios espirituales, este es el más relevante:» El proceso de obtener la cercanía con nuestro núcleo interior». Ya que el Sadhana implica el aplicarse y esforzarse para ganar este objeto deseado, las actividades que están desprovistas de la Verdad no merecen ser llamadas Sadhana. El Atma es la Verdad Universal Eterna y en consecuencia, no puede ganarse al buscarla en el mundo material y temporal. La Divinidad brilla en su corazón y solo puede alcanzársela allí. Sathya Sai. (Discurso, 23 de noviembre de 1984).