La plegaria grupal produce vibraciones benéficas. El Islam promete un mayor flujo de éxtasis cuando Dios es adorado por una gran concurrencia de anhelantes corazones. Todos ellos se inclinan ante la mezquita. Se arrodillan en filas y se inclinan hasta que sus palmas y frentes tocan el suelo, en humilde sumisión a la voluntad de Dios. Los malentendidos, los conflictos y la enemistad no deben perturbar la serenidad de la ocasión. El Islam enfatiza el Uno en los muchos, el impulso hacia Dios, que se manifiesta en diversos grados en las diversas mentalidades. La unidad es la enseñanza básica de todas las religiones. La fe en la unidad es fundamental. Sin ella, ningún sistema de creencias y conducta puede ser una religión. Dios es uno solo, y las enseñanzas de todos los credos que lo exaltan están basadas en el amor, la compasión, la tolerancia y la empatía. Lo trágico es que ni los musulmanes, ni los hínduístas, ni los seguidores de otras religiones practican estas cualidades en la vida cotidiana. Sathya Sai (Discurso, 12 de Julio de 1983).