Conviértanse en parientes de Dios, Sus parientes cercanos. No aspiren a ser asalariados en casa de Dios. No reclamen sueldos calculados y negociados. El trabajo realizado por un sueldo no es tan sincero y gozoso como el realizado por amor y reverencia. Los hermanos y los hijos no exigen salarios a tanto por día; son cuidados amorosamente por el Amo de la casa. Todo les llega, lo pidan o no. Ananyas chintayanto mam, ye janah paryupasate Tesham nityabhi yuktanam, yogakshemam vahamyaham: «Quienes solo piensan en Mí, quienes viven siempre en reverencia hacia Mí, con ellos siempre estoy y para ellos proveo el sustento, ahora y en el más allá». Esta garantía es dada por el Señor en el Gita. Al leerla, muchos dicen: «Estamos haciendo tal y tal adoración; veamos qué hace Él por nosotros a cambio». Sin embargo, hagan una introspección: ¿prestan ustedes atención a las condiciones establecidas para el otorgamiento de la Gracia? Sathya Sai. (Discurso, diciembre de 1966).