El aspirante debe establecer su dominio sobre los sentidos externos. Entonces, la mente, inmersa en la continua sucesión de la relación sujeto-objeto (vishaya), tiene que ser controlada por medio de la paz (shanti) y la renunciación (vairagya). Cuando eso se logra, uno puede experimentar la verdadera dicha espiritual (ananda) y visualizar el Atma en su forma verdadera. Es por eso que Krishna le dijo una vez a Arjuna: «Aquellos que aspiran a dominar los sentidos deben tener plena fe en Mí». Los sentidos son siempre de naturaleza extrovertida; están ávidos de contactos externos. Por lo tanto, arrastran perpetuamente al ignorante hacia los objetos externos. Así que el aspirante espiritual, dotado de discernimiento y renunciación, debe poner obstáculos en su camino hacia el exterior y suprimir sus arrebatos, así como el auriga, empuñando el látigo y las riendas, hace con los corceles enfurecidos. Los sentidos descontrolados causan un gran daño. Las personas en sus garras no pueden dedicarse a la meditación, ni siquiera por un solo segundo. – Sathya Sai. Dhyana Vahini, capítulo 13.