Mensaje de la Pizarra de Prashanti Nilayam del día 27 de septiembre de 2023

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El reconocimiento de la propia divinidad innata, y la regulación de la vida cotidiana según dicha verdad, son las estrellas guías para quienes están atrapados en las corrientes y contracorrientes de las luchas y dificultades, en ciudades populosas como esta. Careciendo de este Aathmajnaana, la vida se vuelve una farsa sin sentido, una burla, un juego de tontos. La adquisición de esta consciencia es lo que hace a la vida verdadera, dulce y fructífera. El hombre no es consciente de la meta final de su peregrinaje. Vaga por sendas erradas que lo llevan solo al desastre. Deposita su fe en cosas externas a él y planea extraer felicidad de ellas y mediante ellas. Sin saber que las alegrías brotan solo de la fuente que está dentro de sí mismo, aplica su propio gozo sobre esas cosas externas, las envuelve con su propia alegría, y luego las experimenta como si el gozo proviniese de ellas. ¡Eso es todo! Cuando tratan de preparar una comida necesitan tener todos los elementos: arroz, dhal, sal, lima, especias y verduras. Pero, a menos que tengan fuego en la cocina, no podrán tener un alimento comestible. En la vida, también es Jnaana (el conocimiento de la propia realidad, como la de una ola en el océano de la Divinidad) el fuego que hace que el mundo material y las actividades externas se hagan comestibles, sabrosos, saludables y regocijantes. Este regocijo, que se denomina Aanandham, eleva, ilumina y es constructivo.
Sathya Sai (Discurso, 16 de marzo de 1966)