Es indudable que la vida humana es la más evolucionada y para que sea significativa, un esfuerzo espiritual puro y santo es esencial. Para esta forma de vida lo más importante es el carácter. El carácter hace que la vida sea inmortal, sobrevive incluso a la muerte. Hay quienes dicen que el conocimiento es poder, pero esto no es cierto. El carácter es poder. Incluso la adquisición de conocimiento necesita un buen carácter. En consecuencia, todos deben aspirar a alcanzar un carácter sin tacha y sin trazas de maldad. Noten que Buda, Jesucristo, Shankaracharya, Vivekananda, tanto como otros grandes sabios y devotos del Señor, todos son atesorados en la memoria de la gente hasta hoy en día. ¿Qué cualidad los hizo inolvidables tanto tiempo? Es el carácter de cada uno. La riqueza, la educación y el estatus social no tienen valor sin carácter. El carácter es la fragancia de la flor, le da valor y mérito. Los poetas, los artistas, o los científicos pueden ser grandes, cada uno en su campo. Sin embargo, sin carácter no tienen lugar en la sociedad. (Prema Vahini, C1)