Mensaje de la pizarra de Prashanti Nilayam del día 27 de diciembre de 2020

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Cuando nació Cristo, tres reyes fueron a ver al bebé. Uno de ellos declaró que el niño sería un amante de Dios. El segundo dijo que sería el amado de Dios. El tercero declaró que el niño era Dios. Un amante de Dios es un mensajero de Dios. Aquel a quien Dios ama es un “Hijo de Dios”. Cuando uno experimenta ambas situaciones, llega a ser uno con Dios: “el Padre y el Hijo son uno”. Por lo tanto, al principio deben prepararse para ser mensajeros de Dios. Esto significa que deben vivir a la altura del mensaje de Dios. El mensaje llama a servir a todos. La compasión, la moralidad y la integridad son elementos esenciales en el mensaje. Al propagar este mensaje se debe promover la fe en Dios. El amor debe ser el lema. La ausencia de amor hace surgir el odio. Hoy no hay unidad entre la gente. Sin unidad, ¿cómo habrá bienaventuranza? Sin bienaventuranza, ¿cómo puede nadie experimentar a Dios? (Discurso, 25 de diciembre de 1995)