Dé la bienvenida a la tristeza como a la felicidad. De hecho, la felicidad que deriva del placer es insignificante en comparación con la felicidad que resulta de las dificultades. La historia está repleta de ejemplos de personas que dan testimonio de este hecho. Todas las personas nobles e ideales tuvieron que pasar por pruebas antes de experimentar la felicidad. Na sukhath labbyathe sukham(La felicidad no se deriva de la felicidad). Se deriva del dolor y el sufrimiento, pero las personas solo quieren felicidad, no dificultades. Esto es bastante contradictorio con los principios de la espiritualidad. La gente debería entender esta verdad. Las personas desean los frutos de los actos meritorios, pero no realizan ninguno. Nadie quiere los frutos de las acciones pecaminosas, ¡pero se entregan a ellas! Lo que sea que quieras lograr, puedes hacerlo siguiendo el camino correcto. No vaya por el camino equivocado si no está preparado para enfrentar las consecuencias del mismo. Discurso de 24 de noviembre de 1998. |