Los sentidos no pueden hacer nada por sí mismos; no son independientes. Si se controla la mente, también se pueden controlar los sentidos. ¡Algunas personas se someten a un mero ascetismo de los sentidos para controlar la mente! Ignoran cuál es la verdadera disciplina que es necesaria. La verdadera disciplina es la destrucción del deseo. Por muy vigilantes que sean los guardianes, un ladrón astuto puede entrar a robar de cien formas increíbles. De la misma manera, ¡por muy hábilmente que traten de controlar los sentidos, la mente los arrastrará a su lado y ejecutará sus deseos a través de ellos! Noten cómo el sabio Viswamitra, a pesar de sus austeridades, cayó en las artimañas de los “apsaras” celestiales enviados por Indra para tentarlo. Si solo se cierra la puerta exterior y se deja la interior sin cerrojo, ¡seguro ocurrirá una calamidad! Pero si ambas puertas, la exterior y la interior, son debidamente cerradas, podrán dormir tranquilos, pues a ningún astuto ladrón le será fácil entrar y hacer daño. – Sathya Sai Dhyana Vahini, capítulo 13.