Alguien los está insultando. En tanto la agresión esté fuera del alcance de sus órganos de los sentidos, no son afectados por lo que se les dice. Pero si esas palabras alcanzan sus oídos, ustedes se alteran y se enfurecen. ¿Por qué razón? Mientras no hay contacto entre los sucesos externos y los órganos de los sentidos, la persona está tranquila. Un ejemplo opuesto: alguien los está alabando y explayándose acerca de sus grandes cualidades. En tanto estas palabras de alabanza no lleguen a sus oídos, ustedes no sienten alegría ni afecto. Pero una vez que las han oído, se regocijan y sienten amor por la persona que las dijo. ¿Cuál es la razón del desagrado hacia uno o el amor hacia el otro? Es el contacto con las cosas del mundo exterior. Los sentidos solo pueden estar en paz cuando minimizan su contacto con el mundo exterior. No es fácil controlar los órganos de los sentidos. El modo más fácil de lograrlo es desarrollar una actitud equilibrada. Sathya Sai Baba. (Discurso del 23 de mayo de 1990)