Las personas deben comprender que el servicio es el pasaporte para el liderazgo. Por eso, en las organizaciones de servicio no debe permitirse ninguna distinción entre clases altas y bajas y todos deben ser invitados a participar en el servicio. De hecho, el nacimiento humano tiene como fin el servicio. Cualesquiera que sean los otros logros que uno pueda tener, no se igualan a la dicha proveniente de prestar servicio desinteresado. Hanuman, que era poderoso, valiente y grande en tantos sentidos, se contentó con describirse a sí mismo como un sirviente de Rama, cuando le preguntaron en Lanka quién era él. Pueden darse cuenta mediante su ejemplo qué gran cosa es ser un servidor de Dios. El Señor de todos los mundos, Sri Krishna, estuvo dispuesto a servir como el auriga de Arjuna. La actitud de servicio siempre ha sido apreciada por el Señor. Todos los servidores Sai deberían cultivar desde el principio el sentimiento de que todos son chispas de la Divinidad. Solo entonces serán capaces de prestar servicio de todo corazón. Sathya Sai Baba. (Discurso del 24 de noviembre de 1990)