Asuman que es Rama quien habla a través de ustedes, y honren cada palabra como Rama lo habría hecho. Consideren cuánto tuvo que arrepentirse Lakshmana por no actuar, en una fatídica ocasión, de acuerdo a la palabra que había dado a Rama mismo. Rama le había solicitado que nunca dejara sola a Sita en el refugio, y él había accedido. Sin embargo abandonó el lugar, y así Ravana pudo raptar a Sita y llevarla a su ciudad insular. Rama es Atma-Rama, la voz de Dios en nuestro interior. No la desobedezcan ni esquiven sus indicaciones. Rueguen que la voz los alerte siempre, rueguen con humildad y acaten su consejo. Entonces Rama los guiará rectamente, con compasión. Ramadas de Bhadhrachalam fue arrojado a la prisión y azotado sin misericordia. Sin embargo, nunca perdió la fe en Rama. Rezó suplicando por la gracia, y pudo ganarse la intervención divina que lo salvó de la tortura. Una fe inquebrantable es signo de éxito espiritual. Es el resultado de conocer nuestra realidad interior, el núcleo estabilizador, la Divinidad en el hombre. Sathya Sai (Discurso, 21 de abril de 1983)