Se necesita el gurú si se tiene el Guri (la meta u objetivo, en telugu). Si no tienen ese impulso, ¿Qué puede hacer el maestro? ¡Esparcir valiosas semillas sobre la arena o las rocas es un auténtico despilfarro! Un acicate interior por ver la luz debe enviar a los aspirantes al maestro, o debe atraer al maestro adonde esté el aspirante. Ustedes deben indagar y discernir: ¿Otorgan felicidad los objetos? ¿Hay alguien que sea feliz? ¿Cómo ser feliz mediante multiplicaciones del deseo y frenéticos esfuerzos por alimentar el incendio incontenible? Finalmente, por su propia experiencia descubrirán que la felicidad es un don interior, un tesoro espiritual que puede ser ganado con la ecuanimidad. La luna es la deidad que preside la mente; debe brillar, fresca y reconfortante, eternamente en plenitud, en el firmamento interior del corazón (hriday-akasa). La luna exterior, material, mengua y crece, pero la mente interior debe ser preparada para resistir las modificaciones y los estados de ánimo, y no debe tener marcas; debe ser siempre una luna llena, para el victorioso aspirante espiritual. (Discurso, 17 de julio de 1962)