De los nueve pasos en el peregrinaje del hombre hacia Dios a lo largo de la senda de la dedicación y la entrega, los seis primeros son: 1) Desarrollar un deseo de escuchar acerca de la grandeza y la gloria de la obra de Dios y de las impresionantes manifestaciones de la Divinidad. Podemos transformarnos a nosotros mismos en la Divinidad, escuchando continua y repetidamente acerca del Señor. 2) Entonando cantos acerca de Dios, en alabanza a Su magnificencia y múltiples proezas. 3) Morar mentalmente en el Señor, deleitándose en la contemplación de Su belleza, majestuosidad y compasión. 4) Iniciarse en la adoración, concentrándose en honrar los pies o las huellas del Señor. 5) Esto desarrolla la propiciación total del Señor, y la adoración ritual sistemática, donde el aspirante encuentra la satisfacción y la inspiración interior. 6) El aspirante comienza a ver la Forma de Dios favorita, la cual le agrada adorar, en todos los seres, objetos, y donde sea que mire. Por tanto, desarrolla una actitud de Vandana (reverencia) hacia la naturaleza y hacia toda la vida. (Discurso del 19 de febrero de 1970)