El amor es vital. El amor es divino. Para que una acción sea apropiada y suficientemente pura para ser ofrendada a Dios con el fin de ganar Su gracia, esa acción debe manifestar amor. Cuanto más radiante sea esta manifestación, más cercanos a Dios estarán ustedes. Al amor no lo afectan ni modifican las consideraciones de casta, credo, o religión. No puede mancharse con la envidia, la maldad ni el odio. Cuiden que el amor no sea envenenado por estos males; esfuércense por cultivar sentimientos libres de odio y discriminación. El principio del amor es la raíz de todas las religiones, la sustancia de todas las Escrituras, la unión de todos los caminos, la inspiración de todos los individuos. Es el cimiento más sólido para la misión del hombre en la vida. Es la luz que asegura la paz y la prosperidad del mundo. Llenen todas sus palabras con amor, llenen cada acto suyo con amor. Que cada palabra al salir de su lengua no lastime como un cuchillo, no hiera como una flecha ni golpee como un martillo. Debe ser una fuente de dulce néctar, un consejo de sabiduría, una suave alfombra de pétalos; debe derramar paz y alegría. Sathya Sai. (Discurso del 29 de julio de 1969).
