Los maestros deben revelar la dirección y la meta. Los estudiantes trazan la ruta y viajan al futuro. La habilidad y la fuerza, el estatus y la estatura de la humanidad son moldeados y acrecentados en proporción a la calidad y carácter de sus maestros. El carácter es el sello distintivo de la humanidad. Los maestros deben dedicar su instrucción y su sabiduría a la gran tarea de inspirar en los alumnos niveles superiores de conocimiento y acción. Las virtudes que ellos ayuden a inculcar en sus alumnos son esenciales para la elevación de la sociedad. Cada estudiante debe esforzarse por desplegar la divinidad presente en su interior y equiparse para servir a la sociedad con habilidad y conocimiento. Cuando las virtudes están arraigadas en el corazón, cada ser brilla con toda su gloria. Una vida desprovista de buen carácter es un santuario sin luz, una moneda falsa, un barrilete con el hilo cortado. (Vidya Vahini, Capítulo 18)