Los hombres están ansiosos de tener felicidad, y cuando existe la posibilidad de ganarse la felicidad perdurable, se lanzan a la idea; pero pronto se cansan del esfuerzo. Buscan atajos, se apoyan sobre otros para que carguen con su peso, y aspiran a mucho fruto a cambio de escaso cultivo. Sin embargo, para tener éxito en esfuerzo espiritual, son absolutamente necesarios una rigurosa disciplina y una fe firme. Para tener esa disciplina tenemos que controlar los sentidos, que arrastran a la mente hacia las placenteras atracciones del mundo exterior. Para tener esa fe firme debemos controlar la caprichosa mente, que pinta atractivas imágenes con colores falsos, para tentarlos a ustedes de nacimiento en nacimiento. Si su intelecto es agudo y libre de prejuicios y predilecciones, la Realidad se les revelará en un destello, porque es algo muy simple. Solo hay que ser capaz de ver el problema en su esencia básica, separado de toda la confusión de irrelevancias. Sathya Sai (Discurso, 19 de agosto de 1965)