Si invitamos a nuestra casa una persona importante, como un santo o un erudito, tendrán que hacerse algunos preparativos en la casa, para hacerla presentable. Tenemos que limpiar la casa y sus alrededores antes de que llegue el huésped. Una casa que no está limpia carece de sacralidad, y personas importantes no van a lugares así. De la misma manera, si invitamos a nuestra aldea a un ministro o gobernador, limpiaremos el camino, decoraremos la calle, y tendremos todo listo y apropiado para recibir a la eminente visita. Si tenemos tanto cuidado y precaución cuando invitamos a una persona que tiene solo una posición temporaria, ¡cuánto más limpio debe estar nuestro corazón cuando invitamos a que entre allí el Creador y Protector mismo del mundo! Krishna dijo: “Arjuna, me tomas como conductor de tu carroza. Tómame como conductor de tu vida. El asiento en el que estoy sentado en esta carroza está muy limpio y bien decorado. Piensa cuán limpio y cuán grande debe ser tu corazón, para hacer de él un asiento para Mí, si me convierto en el conductor de tu corazón”.(12/09/1984)