Mensaje de la pizarra de Prashanti Nilayam del día 20 de junio de 2020

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Aunque el cuerpo humano es impermanente, tiene que ser cuidadosamente atendido, porque es el trono del divino Atma. Sin un cuerpo sano y fuerte, ustedes pueden fácilmente caer víctimas de numerosas enfermedades. Cada órgano tiene su propia belleza, la que tiene que ser promovida. Un cuerpo débil y enfermizo es incapaz de ninguna acción resuelta. Las ideas puras, nobles y sublimes solo pueden emanar de un cuerpo fuerte y sano. Todas las religiones están de acuerdo sobre este punto. Si bien el cuerpo es impermanente, debe tenerse especial cuidado en mantenerlo adecuadamente, porque proporciona residencia al eterno Atma. El espíritu divino ilumina el cuerpo, a pesar de que éste se compone de carne, sangre, heces, orina y otras cosas malolientes e impuras. El principio del Atma no está sujeto al crecimiento ni a la disminución. Es siempre puro, precioso e inmutable. (Lluvias de verano 1990, Capítulo 3)