Aquellos que están agitados por las dudas acerca de qué aceptar y qué rechazar; aquellos que están cegados por la ilusión, incapaces de distinguir entre la oscuridad y la luz, la muerte y la inmortalidad, deberían acercarse a grandes santos para comprender la verdad eterna: la base autoiluminada de toda la creación. ¡Entonces, tanto este mundo como el cielo se fusionarán en la misma refulgencia! Para lograr esta realización, uno debe tener un profundo anhelo y una práctica firme y disciplinada. Este nacimiento humano es la consecuencia de innumerables buenas acciones y no debería ser desperdiciado, ¡la oportunidad debe ser aprovechada al máximo! Para todos aquellos que verdaderamente son animales en forma humana, esclavos del orgullo y de rasgos animales, la conciencia de esto a su debido tiempo, es lo más importante. Por lo tanto, el individuo que discierne se esforzará por todos los medios a su disposición para comprender los principios subyacentes, dominar las enseñanzas de las grandes personas que practicaron el camino espiritual y traer todo esto, tanto como sea posible, a la comprensión de su propia experiencia. (Prema Vahini, capítulo 57, edición en inglés)