Ustedes ignoran la Divinidad que tienen como núcleo de su ser; al mismo tiempo, la buscan en los demás. Esa es la tragedia. Se insultan a ustedes mismos al sentirse indefensos, débiles e inferiores. La cobardía y la autocondena no son propias de una chispa de la Llama Divina. Pueden descubrir su Verdad mediante un pequeño ejercicio de discernimiento. Nacido en el engaño, respirando en el engaño, arrastrándose en el engaño, el hombre no es consciente de su herencia y se siente incapaz de alcanzarla. Está desesperado, sin poder ver medio alguno de escape; cada esfuerzo por lograr la paz lo enreda más y más en la espiral del engaño y de la intranquilidad. Como las flores de variada tonalidad, cada una de ellas con una fragancia, todas las personas son básicamente del mismo género que Brahman. La fragancia surge de la Esencia Divina, que es la verdadera razón de la existencia. Todos tienen que realizar esa Esencia y así poner fin a la serie de nacimientos y muertes. -Sathya Sai. Discurso del 2 de diciembre de 1961.
