El hombre moderno sufre del sentido de posesión. Esta es una actitud negativa. Está obsesionado con la idea de `mi´ y `mío´. Presta excesiva importancia al cuerpo, olvidando el precioso principio átmico que se encuentra en su interior, el cual le otorgará un gozo duradero. La razón para este apego se debe a la falla en el uso apropiado de los sentidos y a la esclavización hacia los deseos propiciados por los sentidos. Los ojos, los oídos y los demás órganos de los sentidos deben ser usados sólo para percibir cosas sagradas. No deben usarse indiscriminadamente para disfrutar de los que les plazca. Es por esta razón que Swami advierte a la gente que no vea lo malo ni lo escuche y vea lo que es bueno, lo que es sagrado, y hable lo que es bueno. Estas pueden ser máximas simples, pero están llenas de un profundo significado. La gente debe discernir constantemente entre acciones negativas o positivas. Todas las acciones malas e inmorales son de carácter negativo y deben ser evitadas. (Discurso del 15 de febrero de 1998).
