La recitación del Ramayana y la escucha de la exposición de dichos versos debe transformar al individuo en una encarnación del Dharma. Cada palabra, pensamiento y acción debe ejemplificar dicho ideal. Shraddha ( la fe inquebrantable) en Rama, en el Ramayana y en uno mismo son esenciales para el éxito. ¿Con qué fin? Para ser buenos y ayudar a otros a desplegar la bondad. Sean totalmente humanos con los valores expandidos al máximo, y promuevan esos rasgos en la sociedad para ayudar a otros. Purifiquen el cuerpo por medio de actividades sagradas. Purifiquen el habla adhiriéndose a la verdad, el amor y la compasión. Purifiquen la mente no cediendo ante el clamor de los sentidos y los deseos que ellos engendran. La trágica verdad es que la gente educada no acepta ninguna responsabilidad moral hoy día. El mundo está envuelto en temor, por gente cuyos pensamientos, palabras y acciones están viciados de motivos inhumanos, quienes han tomado el control de la ciencia y la tecnología. Los sentidos aportan el material a la mente. La mente es un subproducto del ego. El ego es un reflejo del Atma. El Atma es la ola del Paramatma. Todos tienen que rastrear el ego hacia sus orígenes espirituales, y conducir la vida sobre los rieles de tal herencia. (Discurso del 18 de abril e 1986)
