La octava flor que Dios ama entrañablemente, es “satyam” (la verdad), aquella que no se modifica con el paso del tiempo. Solo Dios permanece invariable en el pasado, el presente y el futuro. Cuando esta flor brote en su corazón, los recompensará con fragancia eterna. ¡Adoren al Señor ofreciéndole estas ocho flores de no violencia, control de los sentidos, compasión, tolerancia, paz interior, austeridad, meditación y verdad, brotando en su corazón! Hoy en día ofrecen flores frescas y ¡su devoción ni siquiera dura hasta que salen del santuario! Tan pronto como terminan el ritual de adoración, la ira, el odio y la ansiedad los poseen y degradan. Sin desarrollar cualidades virtuosas, ¿cómo puede alguien ganar la gracia de Dios? Comprometidos en “Asatya Narayana Vrata” (un voto de falsedad) los 364 días, ¿cuál es el bien que esperan obtener llevando adelante “Satya Narayana Vrata” solo un día? Cuando proclamen ser devotos Sai, justifiquen dicha afirmación cultivando estas flores de la virtud y ofreciéndoselas a Dios. Discurso del 6 de octubre de 1981.