Esto de sostener una guirnalda en la mano y dedicarse a conversaciones mezquinas en lugares santos, no es devoción. No quiero ni aprecio que traigan flores y frutos a Mi presencia. Tráiganme la fragante flor de un corazón puro y el fruto de una mente suavizada por la disciplina espiritual. Eso es lo que más me gusta, no estas cosas que consiguen fuera de sí mismos por cierta cantidad de dinero sin ningún esfuerzo que eleve la mente. Para probar el sabor de ese tipo de esfuerzo, deben mantener la compañía de hombres grandes y buenos y deleitarse con pensamientos nobles. Por cualquier medio disponible, aumenten su bienaventuranza (ananda) y mejoren la calidad de su discernimiento; ¡traten de almacenar la mayor cantidad posible de ellos para que puedan recurrir a esa reserva siempre que surja la necesidad! Sathya Sai. Discurso del 1 de septiembre de1958.