Las personas son manojos de impulsos e intenciones, y dar rienda suelta a los impulsos reduce su divinidad innata y su paz interior. Los impulsos son el combustible y las intenciones son el fuego. El fuego puede ser apagado solo apartando el combustible. El apagamiento del fuego es el logro de la paz. Bucea profundamente en el océano de la paz, y gánate la invaluable perla, la bienaventuranza del Atma (Atma-ananda). Cuando nos apropiamos de esa oportunidad nos convertimos en la personificación del refulgente y sagrado estado de la paz. Por eso, los Vedas declaran que las personas son la encarnación de la paz. en consecuencia, no te engañes imaginando que eres el asiento de la inquietud y la falsedad. Debes saber que eres la encarnación de la paz, que el amor es la sangre que fluye por tus venas, y que tu naturaleza misma es la alegría; date cuenta de esto mediante la práctica concreta y la experiencia. Sathya Sai (Prasanthi Vahini, Capítulo 20)