Deben cultivar una actitud de apego inseparable con el Señor, quien es su verdadero ser. Si Él es la flor, ustedes deben sentirse una abeja que liba su miel; si Él es un árbol, sean la enredadera que se trepa a él; si es un acantilado, sientan que son una cascada cayendo por allí; si Él es el cielo, sean una pequeña estrella que titila en él. Por sobre todo, sean conscientes de que ustedes y Él están unidos por el Amor Supremo. Si sienten esto fuertemente, no con la inteligencia burda, sino con la más sutil, entonces el viaje será rápido y la meta se puede ganar. La sthula buddhi (la inteligencia burda) los mantiene caminando, pero la inteligencia sutil los hace volar hacia el destino. La primera sobrecarga al cuerpo, la sutil trasciende al cuerpo y aliviana la carga. (Discurso del 30 de enero de 1965).
