Cuando el deseo y la ira (kama y krodha) surgen del corazón como ardientes llamas ¿cómo podrían emanar de él los frescos rayos de shanti (la paz), satya (la verdad), ahimsa (la no violencia) y prema (el amor)? ¡Este nacimiento humano es una oportunidad única! Utilícenla para esparcir alegría, no dolor. Por supuesto, es natural para el hombre el resentirse, el enojarse. Pero no deben permitir que la ira se expanda libre y furiosa. Saben que primero se debe arar y regar la tierra, luego plantar las semillas, quitar las malas hierbas, proteger el sembradío de las cabras y el ganado por medio de un cerco, y esperar con paciencia el momento de la cosecha. Así también, el corazón debe ser arado por medio de las virtudes y nutrido con el agua del amor divino, antes de sembrar las semillas del Nombre de Dios. Luego deben destruirse las malas hierbas. Es mejor precaverse del ganado de la vacilación y la duda, colocando el cerco de la disciplina. Entonces el Nombre del Señor florecerá como la meditación, y podrá recogerse la rica cosecha del conocimiento. Sathya Sai Baba. (Discurso del 29 de marzo de 1965).