La manteca que el Señor codicia es el fruto del yoga, el producto final del batido de la mente mediante viveka (el discernimiento). Él ama deleitarse con ella; huye con ella hacia lo solitario, la consciencia de Uno Mismo. También nosotros podemos descubrir al Señor por sus huellas; se lo puede descubrir por todas partes, siempre que se haga una búsqueda empeñosa con ojos entrenados. Se pueden encontrar sus huellas dondequiera hay belleza, virtud, humildad, justicia, verdad, amor y paz. El ojo debe ser entrenado para descubrir las huellas de Dios; para ello hay que ejercer dominio sobre la mente. La mente es el eje de los pensamientos y sentimientos. La mente es el aspecto pensante de Brahman, la Consciencia Absoluta. El Yo Mismo Absoluto manifestándose como la actividad imaginativa es la mente. Sin embargo, en lugar de volverse hacia el Absoluto, se vuelve hacia fuera y comienza a utilizar los sentidos como sus instrumentos, olvidando a su fuente, el Atma. Cómo y por qué ocurre esto, es inexplicable; sabemos que ocurre, y puede ser evitado y prevenido. Sathya Sai (Discurso, 25 de octubre de 1966)