Cuando los hilos son extraídos de una tela, sólo queda el algodón, y si se quema el algodón, la tela deja de existir. Igualmente, cuando los deseos son eliminados, el «yo» y la mente desaparecen. Se ha dicho que la destrucción de la mente es el medio para tomar consciencia de Dios. Con toda seguridad, se puede provocar la cesación de la mente eliminando de modo gradual los deseos, al igual que se quitan los hilos de la tela. Finalmente, los deseos deben ser consumidos en el fuego del desapego (Vairagya). Consideren la vida como un largo viaje en tren. En este viaje, no es bueno llevar mucho equipaje. Hay estaciones en el camino, tales como Arti (sufrimiento), Artharthi (deseo de objetos), jignasu (anhelo por el entendimiento), y Jnani (auto-realización). Cuanto menos equipaje llevemos, más fácil y rápidamente podremos atravesar las distintas etapas y alcanzar el destino. El requisito primordial, por lo tanto, es la erradicación de los deseos. Sathya Sai Baba. (Discurso del 12 de octubre de 1983)
