Uno tiene que tener claro el propósito de repetir el nombre (japa) y de la meditación. Sin este conocimiento, las personas creen que estas disciplinas están relacionadas con el mundo objetivo, que son capaces de satisfacer los deseos mundanos, y ¡esperan demostrar su valor por medio de ganancias sensoriales! Este es un grave error. La repetición del nombre de Dios y la meditación son para adquirir una atención unidireccional en el Señor, para deshacerse de los apegos sensoriales y para obtener la dicha derivada de Aquello que es la base de todos los objetos sensoriales. La mente no debe estar vagando en todas direcciones, indiscriminadamente, como la mosca. La mosca habita en la tienda de dulces y corre tras los carros de basura. A la mosca que tiene tal mente, hay que enseñarle a comprender la dulzura del primer lugar y la impureza del segundo, para que no abandone la tienda de dulces y persiga el carro de la basura. Cuando tal enseñanza se le imparte a la mente, ¡es meditación! – Sathya Sai Baba. Dhyana Vahini, Capítulo 2.