La visión del hombre no debe limitarse únicamente a los objetos externos y a las cosas mundanas, que son transitorios y perecederos. Al hombre se le ha dado esta visión para que pueda ver la pura y sagrada Conciencia Divina que mora en su corazón. El movimiento del sol hacia el norte (Uttarayana) es la ocasión apropiada para desarrollar esta visión interna. Este es el camino real para que el aspirante espiritual realice lo Supremo. A partir de este día, el sol luce un aspecto apacible y agradable. Por lo tanto, no basta con sólo reconocer el movimiento del sol hacia el norte en este período. Se debe hacer todo esfuerzo posible para dirigir la visión hacia adentro, hacia el puro y sagrado Ser Interno. Este es el período para abrigar pensamientos sagrados y realizar acciones santas. Los sabios y videntes de la antigüedad solían esperar la llegada del Uttarayana para dedicarse a sus tareas sagradas. (Discurso del 14 de enero de 1994)